viernes, octubre 23, 2009

Bombillas de bajo consumo, sí, pero cuidado con el mercurio

El Ministerio de Industria, Turismo y Comercio ha comenzado una campaña en todo el estado para que las bombillas de bajo consumo lleguen a los hogares españoles. Mediante un vale incluido en la factura de la luz, los consumidores pueden obtener una bombilla en su oficina de Correos. Más de 750.000 hogares tienen ya una en sus manos. Un primer paso hacia el ahorro del consumo eléctrico y la eficiencia energética, beneficioso tanto para el bolsillo como para el medio ambiente.Sin embargo, una vez que llegan al final de su vida útil, las bombillas de bajo consumo deben tratarse adecuadamente. Su contenido en mercurio resulta altamente tóxico tanto para la salud humana como para la del planeta. Nadie del Ministerio está haciendo esta advertencia.
La bombilla es inocua mientras se mantenga intacta. El problema llega cuando se rompe, algo que puede ocurrir si el usuario la desecha, erróneamente, en el contenedor de vidrio o en la basura doméstica. Al romperse, libera vapor de mercurio. Si algo caracteriza al mercurio es que es capaz de viajar muy rápido y a grandes distancias. Puede llegar al Árico. También puede caer al agua y ser ingerido por los peces que luego comemos los humanos. Los ecologistas dan la bienvenida a la iniciativa de Miguel Sebastián de distribuir gratuitamente bombillas fluorescentes, que permiten reducir emisiones de dióxido de carbono, pero critican el hecho de que nadie esté advirtiendo de su toxicidad y de cómo y dónde deben ser depositadas una vez gastadas. Por ser un objeto eléctrico, estas bombillas deben ser desechadas en los Puntos Limpios. Sin embargo, Ambilamp, la sociedad sin ánimo de lucro fundada por un grupo de fabricantes, tiene un sistema de recogida específico para estos residuos. Concretamente, Ambilamp ha dispuesto unos contenedores en los principales hipermercados con este fin. Se puede consultar por el punto de recogida más cercano en el teléfono 900 102 749. En cualquier caso, en caso de romperse una bombilla dentro de la casa, hay que ventilar muy bien, alejarse inmediatamente para intentar no respirar el vapor y luego tirarla en un contenedor específico", ya sea de un Punto Limpio o de Ambilamp.

viernes, octubre 16, 2009

EcoHabitar nº 23. Otoño 2009

Editorial
Este otoño se presenta ameno, por lo que no creo que nos aburramos en este sector. Está plagado de eventos interesantes y lo que se percibe es un impulso renovado que entra con fuerza. Aparte de los que va a estar presente EcoHabitar (os los indicamos en el recuadro de “Citas con EcoHabitar”) van a celebrarse otros congresos, ferias , encuentros, talleres y cursos que ponen de relieve que las inquietudes medio ambientales, cada vez son más potentes, en el sector de la construcción.

Nos ha dejado el último gran alarife de nuestro tiempo, un alquimista de la cal aérea en pasta, como le gustaba denominarla. Don Emilio Quiles, el maestro estucador, que, a muchos de nosotros, nos enseñó a amar este mundo blanco, se fue el pasado 1 de Junio, en Sevilla, rápido y sin avisar.
Han sido 79 años en la trinchera, luchando por devolver la honra y el prestigio y enmendar una gran injusticia, como tantas otras, a un modelo y a una filosofía de construir nuestros cobijos desde la naturalidad y el conocimiento ancestral.
Un luchador antisistema que mimaba la cal, su mundo y su historia y que consiguió, con su empeño y fuerza, que otros le siguiéramos en la lucha por dignificar este conocimiento.
Trabajó toda su vida en el mundo la construcción, inclinándose por la restauración y el conocimiento desaparecido, sobre todo en las tradicionales, y casi olvidadas, técnicas con la cal aérea en pasta, a partir de 1961. Esa era su pasión y su caballo de batalla ante una cultura donde impera el reino gris y mediocre del cemento.
No se cansaba de denunciar los vicios de una sociedad enferma, ni se cansaba de denunciar la pérdida de la dignidad profesional en el sector de la construcción; incluso le detuvieron por decirle a la Directora de Bellas Artes que ella no restauraba edificios, los destruía. Defendía los valores de la lealtad, el honor y la ética, como un caballero medieval. Defendía lo natural y lo simple, sin complicaciones, porque durante más de 8 mil años ha demostrado que funciona, frente al mundo globalizado, corporativista y frío del cemento.
El pasado mes de Abril, en Mallorca, en las jornadas que el Foro Ibérico de la Cal organizó, estuve con él, junto a otros compañeros, oyendo sus agudos y expertos comentarios; asistía ilusionado a un encuentro donde el protagonista era ese material blanco, untuoso, que, por pura alquimia, se transforma de sólido a líquido y luego otra vez a sólido, y que ha servido durante milenios, para que los seres humanos tengan cobijo; un encuentro donde se sentaron las bases para dignificar el mundo de la cal.
Era consciente de que, tras muchos años de lucha y en solitario, ya no estaba sólo en esta cruzada y que las gentes del mundo de la bioconstrucción le apreciaban y valoraban sus conocimientos como así lo expresó en varias ocasiones.
Se ha ido un maestro para muchos y el último de los grandes alarifes. Hasta siempre amigo Emilio.

Toni Marín

martes, octubre 13, 2009

NI ENERGÍA NUCLEAR, NI CALENTAMIENTO GLOBAL Campaña internacional 2009 - Cumbre de Copenhague sobre el cambio climático


Resulta urgente reducir sensiblemente las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.
La energía nuclear, cara y contraproducente, limita la lucha contra el cambio climático.

El cambio climático y sus consecuencias son irrefutables hoy en día. En diciembre de 2009, con ocasión de la Cumbre de Copenhague, los dirigentes del mundo entero deberán lograr un nuevo acuerdo sobre el clima. Es urgente que se establezcan objetivos ambiciosos de reducción de gases de efecto invernadero y que se dediquen los medios necesarios: ¡nuestro futuro está en juego! El actual Protocolo de Kioto excluye, sabiamente, la energía nuclear de entre las soluciones para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.

La energía nuclear resulta totalmente inadecuada para reducir estas emisiones: su contribución solo podría ser muy limitada, llegaría demasiado tarde y sería muy inferior a la contribución del ahorro energético y de las energías renovables. Además, la energía nuclear es tremendamente costosa y limitaría la financiación de las verdaderas soluciones. Elegir la opción nuclear equivale a condenar al fracaso la lucha contra el cambio climático.

En Copenhague, la opción nuclear se situará en el centro de las negociaciones. Pero la industria nuclear, junto con algunos países, está presionando para que esta tecnología peligrosa y contaminante se considere como “limpia” y sea incluida en el próximo acuerdo sobre el clima. Esto supondría que algunos países industrializados evitarían tener que reducir una parte de sus emisiones en sus territorios, sin cuestionar sus modelos de producción y de consumo, mientras exportan una tecnología cara, ineficaz y llena de riesgos.